sábado, 14 de mayo de 2011

La Otra Batalla Final. (completa)

El Inquisidor Kaede corría a toda velocidad, sin mirar atrás, como si huyese de sus demonios interiores. En realidad huía de un demonio exterior, rojo y musculoso, de casi tres metros de altura, enviado por un inquisidor renegado para matarle. Contaba con dos mecanismos para sobrevivir a un encuentro con el Caos sin perder la locura ni la vida. Uno, que era un psíquico muy poderoso y lo guardaba en celoso secreto (solía ser lo ultimo que descubrían sus enemigos antes de morir). Dos, su sentido del humor, pero le había gritado al demonio mientras corría, contándole el chiste de los dos Inquisidores que estaban en un atasco, y no se había reído nada...

Maldición, pensó, aun tengo mis poderes psíquicos, pero es un as bajo la manga que no me va a servir de nada por si solo. Llegó a la enorme cámara de acceso al complejo, y se volvió para esperar al demonio, cuando esté llegó, fue recibido por varios disparos de la pistola de fusión de Kaede. Solo uno le alcanzó, en un hombro, y el cabrón apenas pestañeó. No obstante, el inquisidor sonrió. No era inmune a la poderosa arma. Apuntó con cuidado una vez mas, solo le quedaba una carga, pulsó con el pulgar el botón que apagaba el generador de energía, y apretó el gatillo. La pistola solo emitió un zumbido decepcionado. Ahora fue el demonio quien sonrió. Por su parte, Kaede dejo que su cara mostrase el miedo que sentía y guardó el arma... Dos, pensó.


Entonces fue cuando el demonio se lanzó sobre él con toda su prodigiosa velocidad y le golpeó con tal fuerza que voló varios metros. Se levantó lentamente y desenfundó su espada de energía, que se encendió con un brillante campo azul. La criatura dudó, signo inequívoco de que sabia lo que podía hacer un arma así. Pero el inquisidor sabía que tenía un arma mejor para un demonio sin armadura. Un poder psíquico que haría sus golpes comparables al puño de combate de un dreadnought... y necesitaba que el demonio bajase sus defensas. Cuando el ser le atacó, permitió que el golpe arrancase la espada de sus manos. El demonio rió socarronamente viéndolo desarmado. Kaede pensó: Tres. Comenzó a abrir su mente a la disformidad para usar el poder psíquico...


Y le alcanzó un golpe veloz como el rayo, que le arrojó a la otra punta de la sala, desencajándole un hombro izquierdo al chocar con la pared, y torciéndole la rodilla al caer al suelo.  Que fue el momento en que se dio cuenta de que tenía un trío, pero el demonio tenía un full.


Saltó antes de que Kaede pudiera levantarse, y menudo salto. Iba a caer junto a el... o incluso sobre el... cuando el brujo eldar, Keldron, que venia siguiéndoles, entró en la sala. Bueno, pensó el inquisidor mientras la muerte caía sobre él, aquí viene un nuevo jugador, uno que conoce mi secreto. Una fuerza invisible lo recogió y lo apartó de la trayectoria del demonio en el último momento. Bien por la telequinesis de Keldron, pensó. El eldar no se durmió en los laureles, y comenzó a lanzar descargas de energía psíquica sobre el monstruo. No parecían afectarle demasiado, pero decidió que el brujo eldar era una amenaza mayor que el humano desarmado. Y comenzó a caminar hacia el, dando la espalda a Kaede. El farol del eldar era todo lo que necesitaba.

Se levantó, y corrió a trompicones ignorando las punzadas dolor que le atravesaban la rodilla, el demonio se volvió hacia el, pero entonces Keldron desenfundó una enorme espada, que crepitaba como fuego sobre leña seca, tal era la energía psíquica que recorría la hoja, y cantó un desafío al demonio. Esté picó, y una vez mas dio la espalda al humano desarmado, para enfrentarse al eldar que ya corría hacia el blandiendo la espada con ambas manos. Kaede corrió hacia la espalda  expuesta del demonio. Cuatro.

Era demasiado alto, desenfundo la pistola y su último disparo atravesó la rodilla de la bestia desde atrás. La criatura no tuvo más remedio que hincar la rodilla en el suelo. El inquisidor concentró todo su poder en su mano derecha, más de lo que había hecho nunca. Si no descargaba pronto la energía, su mano se derretiría como la cera de una vela. El eldar corría hacia el demonio. Este abrió los brazos, esperándole para destrozarlo. Pero Kaede estaba mas cerca.


Saltó, y aun así lo más arriba que pudo llegar, fue la mitad de la espalda del demonio arrodillado. Golpeó en el centro de la espalda. Descargó con precisión su energía y su rabia. Se escucho un fuerte crujido. La criatura de la disformidad levantó su cara hacia el techo y aulló. La potente onda psíquica de su terrible grito traspasó las defensas de la mente de Kaede, que cayó a un lado, al borde del colapso. Se aferró a lo que veía, más allá de la infernal bestia. El eldar apenas había perdido el paso, su yelmo estaba protegido contra ondas de ese tipo, con cristales especiales y runas, su mente, protegida con una voluntad más allá de los límites humanos.


Keldron saltó, con fuerza, alto, hacia la garganta estirada y expuesta de  su enemigo. La enorme espada silbó, cortando el aire con una suavidad que no hacia justicia a la potencia del golpe. El eldar giró mientras golpeaba, el surtidor de sangre hirviente de demonio solo salpicó su capa. El demonio, con la cabeza medio cercenada, cayó al suelo. El brujo aterrizó con agilidad, se quitó la destrozada capa, y sin dudarlo terminó el corte con un nuevo golpe.


Estaban los dos de pie, mirando el cuerpo caído. A lo lejos aun se oían disparos, los hombres de Kaede luchaban contra los hombres del inquisidor renegado. Keldron señaló la cabeza del demonio. Era un trofeo nada despreciable. El agotado humano le miró.

-Es tuya, tú lo mataste. Le dijo.


El eldar se quito el yelmo con gesto cansado, su acento era extraño, pero hablaba el gótico vulgar con soltura.


-Engañaste al diablo tres veces. Según nuestra tradición, la victoria ha sido tuya.


Kaede se dirigió cojeando hacia la puerta, en busca de sus hombres. Iba cambiando el cargador de la pistola de fusión. No miró atrás.


-Para ti. Bienvenido al Imperio.


2 comentarios:

  1. Wenaaas! Caray ya hacía tiempo que no me dejaba caer por aquí, bueno, en realidad por aquí me parce que aún no me había dejado caer, es que acabo de descubrir en la columna lo de Cultura Paramita y tenía que decirlo: THAT IS JUST AMAZING!!! I LOVE IT!!!

    Ja ne!!;)

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  2. Hola, bienvenida de nuevo al Paramo. Si, lo cierto es que ambos enlaces son la leche, por eso les di un hueco en la columna lateral. Ahora lo dificil va a ser encontrar cosas igual de interesantes para mantener el nivel

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